Desde mis primeros años
juveniles consideré la reforma agraria necesaria como un acto de justicia para
los campesinos despojados de sus tierras y obligados a trabajar en grandes
latifundios cuyos dueños eran lo más rancio de la oligarquía nacional.
Siendo estudiante
universitario aprendí que no solamente era un acto de justicia, especialmente en países como México, Guatemala,
Bolivia y Perú donde se devolvía las tierras a los descendientes de los aborígenes despojados por los
conquistadores, sino que era un paso histórico para salir del feudalismo.
La expropiación del
complejo industrial de La Brea y Pariñas y la Reforma Agraria fueron promesas electorales de Belaunde Terry
que no pudo llevar a cabo y que crearon las condiciones necesarias para que el
pueblo aceptara su destitución y la instalación del Gobierno Revolucionario de
las Fuerzas Armadas presidido por el general Juan Velasco Alvarado.
El 9 de octubre de 1968 se dicta un Decreto Ley por el cual se da
cumplimiento al primer punto y, nueve meses después, el 24 de junio de 1969, el
general Velasco, en un emotivo discurso anuncia la promulgación de la Ley de la
Reforma Agraria , que el Día del Indio será el
día del campesino, terminando con la histórica frase “¡Campesino, el patrón ya no comerá más de tu
pobreza!”. (1)
Al comienzo los únicos que
criticaba la reforma era los afectados, familiares y descendientes pero 20 años
después algunos economistas comenzaron
a señalar que la productividad agrícola había disminuido y aunque yo pensaba y
pienso que la reforma Agraria era un acto de justicia y progreso me comencé a
preguntarme porque ningún gobierno hacia nada para mejorar esa productividad.
En el verano del 2005 me
encontré, en el Club Regatas, con el general Francisco Morales Bermúdez (2) ,
ex ministro de Economía y ex presidente de facto, acompañado con su nueva
esposa. Me acerqué a saludarlos y después
de intercambiar algunas frases de cortesía le pregunté por qué su gobierno no había
dado medidas económicas en favor de los
campesinos después de la Reforma Agraria.
“La reforma agraria fue una
medida de seguridad interior. Si no la hubiéramos hecho Sendero Luminoso hubiera
contado con el apoyo del campesinado, incluyendo las rondas campesinas.” me
contestó
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